Los orígenes
Las primeras pruebas atléticas registradas en Rio se remontan a 1880, cuando aún no se había proclamado la República: carreras durante los llamados “Juegos Atléticos Ingleses”. La comunidad de residentes británicos, tal como sucedía en otros países sudamericanos, fue la primera en promover nuestro deporte. Con el nuevo siglo y el impulso que significaron los Juegos Olímpicos para el desarrollo del atletismo, Brasil no permaneció ajeno. En 1914 se fundaron el Comité Olímpico y la Confederación Brasileña de Deportes (que incluía al atletismo y, por lo tanto, fue la entidad que mantuvo la afiliación a la Federación Internacional de nuestro deporte). El atletismo recién proclamó su Confederación propia –la CBAT- en la asamblea celebrada el 2 de diciembre de 1977 en el Auditorio Max Gomes de Paiva, en el edificio Joao Havelange de la CBAT, Rio. Helio Babo fue su primer presidente. Allí se encontraba la Federación Atlética de Rio que, como “Liga Atletismo Rio” se había fundado en 1938. A esa altura, el atletismo brasileño ya había logrado un fuerte desarrollo y organizaba su máxima competición nacional, el Trofeo Brasil, desde 1945. Y en cuánto a los equipos olímpicos con atletas brasileños, hicieron su aparición mucho antes, en París (1924).
Los Juegos Latinoamericanos de 1922
Para los majestuosos festejos por el primer Centenario de la independencia brasileña, en 1922, el gobierno de Brasil realizó exposiciones y espectáculos artísticos, y una competición polideportiva que tuvo el reconocimiento del Comité Olímpico Internacional. Después de idas y vueltas, han quedado como los llamados “Juegos Latinoamericanos” que, en el caso del atletismo, se realizaron en un estadio del Fluminense que resultó revolucionario para la época. En varias de las pruebas hubo controversias sobre la fiscalización, que se mantuvieron por casi un siglo. Pero finalmente la Consudatle habilitó dichos Juegos como “resultados oficiales”. Y hay que recordar que allí estuvieron los mejores atletas sudamericanos de la época, con una figura excluyente como el fondista chileno Manuel Plaza, en la antesala de sus actuaciones olímpicas: durante los Juegos Latinoamericanos, realizados entre el 13 y 22 de septiembre, ganó cuatro pruebas individuales (5.000 y 10 mil metros llanos, cross country y el maratón en el que empleó 2 horas y 57 minutos) además de contribuir a la victoria de su país en los 3.000 metros por equipo. El legendario sprinter uruguayo Isabelino Gradín logró los 400 llanos en 50 segundos y 3/5, marca récord para el momento, lo mismo que el argentino Valerio Vallania en salto en alto con 1,815 (igual que el local Erico Falcao). Otro destacado atleta brasileño fue Willy Ricardo Sebald con 56,88 m. en jabalina. Por puntos, el primer puesto correspondió al equipo argentino, delante de Chile y Brasil.
Rio como capital sudamericana e iberoamericana
El Sudamericano de Atletismo, cuya primera edición se disputó en 1919, es el más antiguo entre los “campeonatos de área” dentro del universo de la IAAF. Ya se realizaron 49 ediciones y tres de ellas tuvieron como sede Rio de Janeiro. Recordemos:
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- Allí se vio a la mejor generación atlética del historial argentino, que le dio un total de 37 medallas (18 de oro). Asomaba un prodigioso junior como Alberto Triulzi, campeón de los 110 metros con vallas en 14s.7 y de los 200 llanos en el duelo con Gerardo Bönnhoff, el dueño del hectómetro. Otros de los atletas argentinos que un año más tarde iban a lucir en la escena olímpica también mostraban su poder en la región. Entre ellos, Enrique Kistenmacher con récord sudamericano del decathlon: 7.011 puntos, según la calificación de aquel momento (6.639 actuales). Tanto Trulzi como Kistenmacher iban a “acariciar” las medallas olímpicas en Londres 48. La que sí llegó al podio de los Juegos fue Noemí Simonetto quien, previamente, fue la figura femenina en Rio al ganar cuatro pruebas (100 llanos, 80 metros vallas y posta 4×100) y quedar segunda en salto en alto.
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- Victoria brasileña en el puntaje, tanto en damas como caballeros, aunque el equipo argentino cosechó una medalla más (25 sobre 24, con 10 de oro para ambos). Este Sudamericano es recordado por el despliegue del fondista argentino Domingo Amaison, autor de una hazaña inigualada en el historial de los campeonatos: cinco medallas. Fue campeón en los 5.000 llanos y en los 3000 con obstáculos, su prueba favorita. Escoltó a su compatriota Mario Cutropia en los 10 mil metros y se llevó el bronce en los 1.500… y finalmente se anotó para debutar en maratón, que le aportó otro bronce a su país. Atletas brasileños que marcaron rumbos en los Campeonatos tuvieron “su momento” en Rio como José Carlos Jacques con 15.61 en bala y Nelson Prudencio con 14.96 en salto triple. El venezolano Víctor Maldonado (51s.5) dio la sorpresa en los 400 metros vallas, aventajando al favorito argentino Juan Carlos Dyrzka. En el salto con garrocha, el argentino Erico Barney elevó el tope sudamericano a 4.25 m. y compartió festejos con su hermano Ian, campeón de jabalina (66.43). Y una argentina más, Marta Buongiorno, hizo doblete en las pruebas de velocidad.
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- El Estadio Celio do Barros fue la sede del Sudamericano en agosto de 1975, cuando ya el dominio de Brasil –que se mantiene hasta nuestros días- era notorio en esta competición. Este campeonato marcó el retorno al primer nivel, después de una larga ausencia, de Silvina das Gracas Pereira, quien ganó los 100 llanos con 11s7, los 200 con 23s4 (récord sudamericano) y el salto en largo con 6,11m. También hubo topes sudamericanos para su compatriota Odete Valentina Domingos en disco con 50.78 y para el argentino Tito Steiner en el decathlon con 7.615, según la tabla vigente (7.454 a la conversón actual). Los mayores espectáculos se vieron entre los fondistas colombianos, especialmente en los 10 mil llanos, donde Víctor Mora marcó 28m.45s.8, el mismo registro que Domingo Tibaduiza. Este se desquitó en los 5.000. Los hermanos Rui y Delmo da Silva, arrasaron en las pruebas del sprint, desde los 100 hasta los 400. Y João Carlos de Oliveira anticipaba sus conquistas mundiales, ganando esta vez el largo con 7.66 y el triple con 16.48. A la semana siguiente, el mismo estadio recibió otra vibrante jornada atlética con la Copa Latina, en la que participaron franceses e italianos, además de las figuras del Sudamericano como Joao de Oliveira quien batió el récord sudamericano de salto en largo con 8,20 m.
Y en cuánto a los Campeonatos Iberoamericanos, rescatados del olvido a partir de 1983, el estadio Celio do Barros fue su sede en el 2000, con neto dominio de la formación local: 18 medallas de oro, 16 de plata y 11 de bronce.
Ciudad de récords
En casi un siglo de historial de la Consudatle, numerosos récords de la región cayeron en las pistas de Rio. Tal vez, el caso emblemático sea la marca de 1m.44s.3 conseguida por Joaquim Carvalho Cruz para los 800 metros llanos el 27 de junio de 1991: significó el récord mundial junior en aquel momento.
Anteriormente, el gran Adhemar había batido el récord mundial del salto triple en Rio (estadio Fluminense) con 16.01 m. en 1951.
También en Río, por primera vez un “cuatrocientista” sudamericano quebró los 45 segundos. Su autor fue Sanderlei Claro Parrela (44s.96 el 3 de julio de 1997, marca que dos años después batió durante el Mundial de Sevilla).
Y otro hito correspondió al gran saltarín panameño Irving Saladino, cuya primera plusmarca sudamericana de largo fueron los 8.56 m. que logró el 14 de mayo del 2006, también en el Celio do Barros. Antesala de sus títulos mundial y olímpico de la especialidad.
Por las calles
Dentro de ese gran movimiento de alcance mundial que contribuyó a la popularización del atletismo y que son las carreras de calle y ruta, Rio de Janeiro cuenta con un antecedente valioso. Además de permitir que los corredores disfruten la belleza de esas calles y de un paisaje incomparable, también fue una de las primeras ciudades sudamericanas en contar con un maratón popular anual. La edición inaugural del Maratón de Rio se disputó el 15 de agosto de 1980, ganado por el estadounidense Greg Mayer en 2h.16m.40s y la neocelandesa Lorraine Moller en 2h39m.10s. Un año después, el vencedor fue uno de los más famosos corredores del mundo, el cuatro veces dueño del maratón de Boston, Bill Rodgers, quien atravesó las avenidas cariocas en 2h.14m.13s.
La irrupción africana en este maratón recién se concretó en la última década, siendo igualmente notorio en otra prueba muy popular: los 21 km.
Además, Rio de Janeiro fue la sede de dos campeonatos mundiales de la IAAF en pruebas de calle:
- El 23 de septiembre de 1989 se disputó el Mundial Femenino de 15 km. (hoy discontinuado), donde las atletas chinas concretaron el 1-2 a través de Xiuting Wang (49m.34s) y Huandi Zhang (49m44s).
- El 12 de octubre de 2008, Rio fue la sede del Campeonato Mundial de Medio maratón, que significó para el eritreo Zersenay Tadese (59m56s) el tercero de sus cinco títulos. Lo escoltó el keniata Patrick Makau con 1h01m54s, mientras que el brasileño Marilson Gomes dos Santos volvió a ubicarse en el top 10, como un año antes en Udine. En damas, la holandesa (nacida en Kenya) Lornah Kiplagat ganó en Rio su tercera corona mundial consecutiva de estos 21k.
El Grand Prix de la IAAF
Pero aquellos Mundiales no fueron las únicas competiciones IAAF que recibió la “Ciudad Maravillosa”. El torneo Grand Prix Brasil, disputado desde 1985 y que integró por varias décadas los circuitos principales de la Federación Internacional, tuvo como sede el estadio Celio do Barros en Rio desde 1996 hasta 2001, y también lo fue el estadio Joao Havelange entre 2010 y 2012.
La realización del GPB permitió que llegaran a pistas brasileñas varios de los atletas más relevantes de la historia mundial. Recordar, por ejemplo, la edición de 1996 causa asombro. Allí los 100 llanos fueron para el canadiense Donovan Bailey con 10s.07 y los 200 para el estadounidense Michael Johnson con 20s.27, anticipo en ambos casos de sus victorias olímpicas de Atlanta. El brasileño Nelson Carlos Ferreira Junior, con 8,32 m. en salto en largo, se dio el lujo de batir al recordman mundial Mike Powell (8,14 m.) Y en otras pruebas aparecieron nombres como el ucraniano Sergey Bubka (5.75 en garrocha) y el cubano Javier Sotomayor (2.28 m. en salto en alto). Tanto Bailey como Johnson repitieron esos triunfos un año más tarde, en el mismo escenario. Y la edición del 2008 permitió el despliegue del rey del mediofondo, el argelino Nourredine Morceli, quien marcó 3m.34s.99 en los 1.500 llanos.
Ya en el João Havelange, los atletas brasileños que alcanzaron la elite mundial tenían la oportunidad de la máxima competencia. Y así se vio en 2012 uno de los tantos duelos entre Fabiana Murer y la cubana Yarisley Silva en salto con garrocha (ganó ésta con 4.60, diez centímetros de ventaja).
Otra competencia de primer nivel fue la quinta edición de los Juegos Mundiales Militares, entre el 17 y 23 de julio de 2011, también en el Havelange. Allí los atletas de Brasil lograron ocho títulos con Raphael Fernandes en 400 metros vallas, Jefferson Dias Sabino en triple salto, la posta 4×100 masculina, Ana Claudia Lemos Silva en 200 metros, Geisa Aparecida Muniz Coutinho en 400 y ambos relevos femeninos. Esos Juegos sirvieron para que algunas de las figuras mundiales de la actualidad desembarcaran en Rio. Fue el caso del qatarí Mutaz Barshim (pasó los 2.29 en salto en alto), el polaco Pavel Wojciechowski (5.81 m. en salto con garrocha), su compatriota Marcim Lewandowski (1m.45s.77 en los 800 metros) y la china Xhiu Zhang (74.21 en martillo).
La fiesta panamericana
En lo que puede considerarse la antesala organizativa de estos Juegos Olímpicos, Río de Janeiro realizó la 15ª. edición de los Juegos Deportivos Panamericanos en 2007. Las pruebas atléticas, que permitieron la inauguración del estadio João Havelange, se disputaron entre el 22 y 29 de julio, y allí Cuba presentó el equipo más exitoso (12 medallas de oro, 8 de plata y 10 de bronce), seguido por Brasil (9, 5, 9).
Los triunfos locales llegaron con el mediofondista Hudson Santos de Souza en los 1.500 llanos (3m.36s.32), el maratonista Franck Caldeira de Almeida (2h14m03s), Fabio Gomes da Silva en salto con garrocha (5, 40 m), Jadel Gregorio en salto triple (17,27 m), la posta corta masculina (38s81), Juliana Paula Gomes dos Santos (4m13s36 en 1500 metros), Sabina Leticia Heitling (9m51s13 en 3.000 metros con obstáculos), Fabiana de Almeida Murer (4,60 m. en salto con garrocha) y Maurren Maggi (6,84 m. en salto en largo).
Entre los atletas de primera clase mundial que le dieron brillo a estos Juegos se encontraban el vallista cubano Dayron Robles (13s25 en 110 metros), el panameño Irving Saladino (8,28 m. en largo), el marchista ecuatoriano Jefferson Pérez (1h22m08s en los 20 km) y la recordada cuatrocientista mexicana Ana Guevara con 50s.34.