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La reciente temporada invernal en España, donde Yulimar Rojas entrenó bajo la guía técnica de una leyenda como el cubano Iván Pedroso, colocaron a la triplista venezolana en la consideración del atletismo internacional. Su fulminante progresión hasta los 14,69 metros, obtenidos el 23 de enero en Madrid, le permitió llegar en condición de amplia favorita a este Mundial Indoor de Portland, donde acaba de aportarle a Venezuela su primera medalla dorada del historial con un registro de 14,41 m., conseguido en su segundo intento.
«Siempre soñé con ser una deportista de alto nivel internacional. Estoy sorprendida por lo que logré, pero ambiciono más», había declarado poco antes del viaje a Portland, Oregon.
Yulimar del Valle Rojas nació el 21 de octubre de 1995 en Caracas, pero reside en Puerto La Cruz, Anzoátegui. Con su estatura de 1,90 m. dispone de un físico privilegiado para las pruebas de saltos. «Creo que es algo genético… viene de mi padre biológico, era boxeador, compitió en eliminatorias mundialistas en peso pluma. Y también mi abuela medía casi 1,90 m.» contó.
Yulimar, en un principio, se especializó en el salto en alto. Y en tal sentido -viendo su derrotero hacia el triple- esta campaña guarda alguna similitud con quien, sin dudas, será su gran adversaria en los próximos meses, la colombiana Caterine Ibargüen, quien lleva tres años invicto como triplista. Pero Ibargüen dejó el salto en alto cuando ya su campaña estaba muy avanzada, recién se concentró en triple a los 26 años, en tanto Yulimar lo hizo apenas concluyó su campaña junior. Y enseguida contactó a Iván Pedroso para sus entrenamientos. «Iván es un icono que siempre admiré. Y lo que conseguimos hasta ahora, es sólo el comienzo» pronosticó. Cinco veces seguidas campeón mundial indoor en largo, y con numerosos títulos y maximarcas en esa prueba, Pedroso ya se mostró como un técnico de primera línea en triple, llevando a la cumbre al francés Teddy Taghmo, por ejemplo.
Yulimar apareció como campeona nacional u18 de alto con apenas quince años, cuando saltó 1,71 m. En 2011 ya era la mejor de Sudamérica en esa categoría con 1,81 m. y, además, se llevaba el título sudamericano u20 en Medellín con 1,78. La temporada siguiente le deparó más competencias internacionales, con resultados diversos: sexta en el Iberoamericano de Barquisimeto con 1,75, bronce en el Sudamericano u23 de Sao Paulo con 1,73. Y cuarta en su despedida del Sudamericano u18, en Mendoza, con 1,68.
Pero sus comienzos del 2013 fueron promisorios y el 5 de abril, en Barquisimeto, se apoderó del récord sudamericano u20 del salto en alto con 1,86 m., quebrando una marca que llevaba tres décadas. También, por primera vez, se mostraba arriba de los 6 metros en largo, cerrando el año con 6,23 m. Encaró ambas pruebas en el Sudamericano mayor de Cartagena (quinta en alto con 1,73, séptima en largo con 6.18), fue subcampeona del Panamericano u20 en Medellín con 1,76 y registró la misma marca en los Juegos Bolivarianos de Trujillo, donde se llevó la medalla de plata, a tres centímetros de la panameña Kashani Ríos.
A principios de 2014 triunfó en los Juegos Odesur, en Santiago, con 1.79 m. en alto. Participó en el Mundial u20 de Eugene, alcanzando la final del largo (quedó 11a.)… pero no en triple. Y en el Sudamericano u23 de Montevideo fue una de las principales figuras al ganar en largo con 6,36 m. y en triple con 13,35. Cerró esa temporada con su participación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Xalapa, donde tuvo el honor de desfilar como abanderada de la delegación de su país. Saltó 6,24 para el cuarto puesto en largo, también fue cuarta en triple con 13,54, competencia que marcó el comienzo de sus duelos con Ibargüen. Ese año sus mejores registros fueron 1,82 m. en alto, 6.48 en largo (obtenidos durante el Nacional u20) y 13,65 en triple.
Ya el año pasado se afianzó definitivamente como triplista, por arriba de los 14 metros. Y como paso previo, brilló en los Campeonatos Nacionales de su país, en Barinas, en abril, con récords venezolanos de largo (6.57 m) y triple (14.17). Dos meses más tarde conquistó la corona sudamericana de triple en Lima al marcar 14,14 (viento de 2,8 ms) y 14,05 (viento legal). Era la antesala de los Juegos Panamericanos de Toronto donde -pese a su superación personal- quedó cuarta, detrás de un podio íntegramente sudamericano liderado por Caterine. En dichos Juegos, Yuliar saltó 14.37 con viento a favor (2,2 ms) y 14.20 con viento legal, mejorando una vez más la plusmarca venezolana. Y también estuvo en los Juegos Mundiales Militares de Mungyeong, Corea, con medalla de plata en triple (13.82), cuarto sitio en alto (1.80) y octavo en largo (6.12).
Ya en diciembre inició su ciclo de entrenamientos y competencias indoor, nueva experiencia para ella. Lo hizo en España donde los 14.69 del 23 de enero en Madrid representaron, además de su gran evolución personal, la nueva marca sudamericana bajo techo. Y la colocaron en el foco de atención para Portland, lo que ratificó con esta victoria. La que cubrió de orgullo a toda Venezuela.