Este viernes 9 de agosto marcó otro capítulo notable para el atletismo sudamericano con los triunfos del velocista ecuatoriano Alex Quiñonez sobre 200 metros, los relevos 4×100 de Brasil en damas y caballeros, y el fondista del mismo país, Ederson Vilela Pereira en los 10 mil llanos, entre las grandes actuaciones.
Pero faltaba la «frutilla del postre». Y era la presentación de la estelar venezolana del salto triple, Yulimar Rojas. Faltaba la campeona olímpica Caterine Ibargüen (Colombia), a quien una fascitis plantar le impidió competir. Pero la presencia de Rojas, subcampeona olímpica y actual campeona del mundo, aseguraba el espectáculo.
Arrancó con toda autoridad: 14.90 metros en su primer salto. Siguió con un nulo y un 14.67. Y en el cuarto intento, el gran impacto. Un salto de 15,11 metros (viento de 0.6 ms) que le aseguraba el oro y que representan el nuevo récord de su país, dejando atrás los 15.06 del pasado 20 de junio en Huelva. También significan el nuevo récord de los Juegos y la mejor marca mundial de la temporada.
La medalla de plata fue para la jamaiquina Jodian Ricketts con 14.77 y el bronce para la cubana Liadagmis Povea con 14.60, dos rivales que seguramente estarán para el Mundial de Doha, dados sus progresos recientes.
Yulimar consiguió así la primera medalla del atletismo venezolano en estos Juegos, donde sus compatriotas Geormis Jaramillo (decathlon) y Robeilys Peinado (garrocha) habían alcanzado sendos cuartos puestos.
«La eché de menos a Caterine. La verdad que Ibargüen para mí es pieza clave para las competencias», dijo Rojas. «Estamos para grandes cosas y sé que puedo seguir estirándome más aún de los 15 metros. Vinimos a conseguir la medalla, lo logramos. Aún queda Yulimar Rojas para rato», avisó la campeona.