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Vanesa Wohlgemuth: a los 40 años y en la plenitud

17/11/2016
Por SILVANA NEUMARK / DIARIO LA RAZON
Vanesa Wohlgemuth exhibe su pasión por el atletismo desde los resultados, pero también rinde homenaje al refrán que sostiene que una imagen vale más que mil palabras. En su foto de perfil de WhatsApp se la ve junto al hombre más rápido del mundo, el recordman jamaiquino Usain Bolt. “Fue cuando vino a correr contra el Metrobús en 2013. Me entregó una medalla por ser la mejor velocista del país en mi categoría”, cuenta la oriunda de Avellaneda, que hizo toda su carrera deportiva en la Ciudad de Buenos Aires. La admiración es absoluta. “Es mi ídolo, un Dios”, resalta.
Pocos días después de cumplir las cuatro décadas, Vanesa volvió a dejar su huella en la pista. Tras haberse quedado con las ganas de viajar al Mundial Master de Perth (Australia) por no contar con respaldo económico, tuvo que cambiar sus objetivos y se volcó de lleno a los torneos locales que promueve la Federación Atlética Metropolitana. A fines de octubre, en la pista del CeNARD, registró 11s66 en los 100 metros llanos, prueba en la que mantuvo el récord nacional con 11s57 durante 12 años (el sábado pasado, la cordobesa María Victoria Woodward, de 25 abriles, lo dejó en 11s54). Esa rapidez le sirvió en su momento para igualar la mejor marca mundial de la temporada en la categoría master (40 a 44 años) que había logrado en mayo la bahameña Debbie Ferguson. Además, la mamá de Ezequiel (22), Santina (7) y Martina (5) ganó los 200 metros con 23s88, a sólo 4 centésimas de su mejor registro, que alcanzó en 2004 y que la ubica en el 5° puesto nacional de todos los tiempos.
-Tenés 40 años y estás en tu mejor nivel. ¿Cuál es la receta?
-La disciplina. Y ciento por ciento pasión por lo que hago. Dejé cinco años (entre 2008 y 2012) mientras tuve a las nenas y no pensaba volver. Encima con el último embarazo tuve mucho sobrepeso y me llevó un tiempo reacomodarme, pero ahora no falto a un entrenamiento aunque haga frío o llueva. Hasta llegué a entrenar lesionada otras partes del cuerpo que no afectaran la lesión.
Vanesa lleva una rutina que agotaría a cualquiera con apenas escucharla. “Mi día arranca a las 6, llevo a las nenas al colegio, atiendo a las mascotas (cinco gatos que viven afuera de la casa y una perra) y preparo comida (sobras del día anterior, arroz y alimento balanceado) para los perros de la calle que me cruzo siempre de camino al CeNARD”, relata quien vive hace un año y medio en la localidad de Canning, provincia de Buenos Aires. Y sigue: “Entreno cuatro horas por día de lunes a sábados por la mañana. Tengo un entrenador, Oscar Barrionuevo, que está conmigo desde los 15 años. El me hace las planificaciones por mail y cuando se acercan los torneos va una o dos veces por mes al CeNARD para corregirme la parte técnica”. Es que el presupuesto total, desde la ropa que usa para competir hasta lo que puede pagarle al DT, corre por su cuenta. “Es todo a pulmón”, dice.
Además del atletismo, la rubia se dedica a la venta de insumos de informática en Caballito y Microcentro. “Siempre me gustó. Había empezado la carrera de Ingeniería en Sistemas y tuve que dejarla porque no tenía tiempo por el entrenamiento”, explica.
-¿Ya decidiste hasta cuándo vas a seguir corriendo?
-No tengo una edad pensada para retirarme, pero el año que viene se me va a complicar si no recibo apoyo. Tengo físico para seguir. No veo una edad de corte biológico en mi, pero sí factores externos.
Su año competitivo terminó y, tras una semana de descanso, Vanesa arrancó la pretemporada, mientras evalúa cómo encarará 2017. “Quizá debería ser al revés, pero prefiero empezar a entrenarme y después dejar por no tener apoyo que perder días de entrenamiento que después no se recuperan”, reflexiona. Por algo su frase de cabecera es “La paciencia te fortalece».



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