Por LUCIANA ARANGUIZ (Diario Clarín)
Si estaba nervioso, no se le notó. Con toda la naturalidad del mundo, Nazareno Sasia tomó la bala, se preparó y la lanzó a 21,25 metros en su último intento. Entonces la multitud explotó y el aire del estadio de atletismo del Parque Olímpico se llenó de aplausos. Él apretó los puños y saludó a la gente, que se bancó el calor y el fuerte sol de la siesta para verlo competir. Pero siguió tranquilo.
El oro estaba cerca. Había que esperar cómo terminaban los demás. Recién cuando la última marca apareció en la pantalla y quedó confirmado que nadie le podía quitar el primer puesto, se permitió festejar y corrió hasta la tribuna para un abrazo lleno de emoción y satisfacción con Sergio Alfonsini, su entrenador, y con Germán Lauro, su referente.
Sasia, líder del ranking mundial de su categoría, llegó a Buenos Aires 2018 como el gran candidato, pero nunca le pesó esa mochila de favorito. El entrerriano de 17 años ratificó ayer lo que había hecho en la primera etapa del lanzamiento de bala, consiguió la mejor marca en el cierre de la prueba y se consagró campeón en los Juegos Olímpicos de la Juventud.
“Estoy tranquilo y muy contento a la vez. Se me pasaron por la cabeza todos los momentos que pasé entrenando y todo lo que hice para cumplir este sueño. Y eso es lo que se festeja: el esfuerzo. Éste es un logro muy grande”, afirmó Sasia.
Sasia, campeón en lanzamiento de bala. (Juan Manuel Foglia)
Esos 21,25 metros de su último lanzamiento se sumaron a los 21,94 que había marcado el viernes, con récord nacional y sudamericano incluido, para terminar con 43,19 y dejar muy lejos a sus rivales. La plata fue el chino Jialiang Xing, que acumuló 41,74 (20,85 y 20,89) y el bronce para el italiano Carmelo Alessandro Musci, con 41,43 (20,67 y 20,76).
Su familia, sus amigos y quienes lo acompañaron durante los últimos años en el camino hacia estos Juegos saben que el entrerriano trabajó muy duro y sin descanso, que en el último año experimentó una evolución física y mental muy grande y que llegó a la cita olímpica en el instante justo.
Nazareno Sasia, en plena acción. (Juan Manuel Foglia)
“Sabía que necesitaba ser constante y que si no iba a entrenar un día no iba a ser lo mismo. Así que no falté nunca. Entrenábamos todos los días, con lluvia, con frío, con calor… Siempre. Por suerte todo eso dio sus frutos”, comentó Nazareno.
El buen estado físico y la buena técnica son consecuencia del trabajo con sus entrenadores -en estos Juegos lo acompaña el coach del seleccionado Julio Piñero-; y la tranquilidad con la que encaró cada prueba se la debe tal vez a un consejo de Lauro.
El entrerriano sabe que éste es sólo el comienzo. “Esta medalla es un logro muy grande, pero no termina acá. Quiero ir por más. Mi sueño es vivir la mayor cantidad de Juegos Olímpicos que pueda. Y para eso sé que hay que seguir trabajando”, reflexionó el flamante campeón olímpico, que en Buenos Aires 2018 logró el segundo oro para el atletismo en la historia de estos Juegos, después del de Braian Toledo en Singapur 2010. Y apunta aún más alto.
FOTO: Sasia en el podio, por Oscar Muñoz Badilla