Diario Clarín (Argentina)
En una tarde-noche fría y lluviosa Clarín conversó con Guillermo Ruggeri (25 años), que sacrificó buena parte de su vida para convertirse en un atleta de elite y lograr el récord argentino de los 400 emtros con vallas, que hacía casi 49 años nadie mejoraba.
«Estaba en los planes superar los 49s.82 de Dyrzka, pero en 2018. Mi idea en el Grand Prix Sudamericano de Chile era correr fuerte», cuenta el mendocino. «Mi entrenador es Carlos López y hace seis meses que entreno con él. Competía con Dyrzka pero nunca logró superarlo. Por suerte, yo lo pude hacer«, explica el novio de Fiorella Chiappe, otra de las figuras del momento en el atletismo argentino con su reciente récord de heptathlon.
«A Fiorella, un día antes de la prueba, le contaba que me sentía confiado. Para mí, ese factor de creer que podía ganar marcó la diferencia», cuenta Ruggeri.
El 7 de abril se lanzó en la carrera que lo dejó primero y que le permitió ser el nuevo recordman con 49s79. «Antes participaba en el decathlon. Como en las disciplinas de fuerza veía que mis compañeros tenían un preparador físico, salí a buscar al mío y lo encontré a Gabriel Lemme en el CENARD», cuenta. «Al tiempo la conocí a Fiorella, que había estado en el exterior entrenando y ella trajo a Carlos a nuestro equipos porque necesitábamos pulir más los entrenamientos», analiza.
Sobre los preparadores sostiene que «me enseñaron que podía ser ambicioso, pero sin apuro, porque si uno transita el proceso previo a las competencias correctamente, lo demás se da solo».
Ruggeri, representante del Club de Gimnasia y Esgrima, nació en Maipú, Mendoza. Desde chico jugó al fútbol, pero se sintió atraído por el atletismo en los Juegos Evita de 2008. De gran versatilidad, pasó al decathlon, donde en 2014 alcanzó su mejor producción con 7.298 puntos durante los Juegos Odesur.
«Ahora estoy haciendo el profesorado de Educación Física en Obras sanitarias. Ene l primer año me costaba mucho organizar mis tiempos de entrenamiento con la cursada. Ahora estoy en segundo año y Rodolfo Cerniul, director del Instituto, me becó para que pudiera dedicarme a ambas actividades», afirma Ruggeri, quien también agrega que, una vez que finalice sus estudios terciarios, evaluará entrenarse en el exterior y competir con atletas de mayor nivel. «Prefiero ser el último del ránking mundial que el primero del Nacional», sostiene.
«Creo que le doy tranquilidad. Somos novios, entrenamos y cursamos juntos», adhiere Fiorella Chiappe. «Fiorella es como de mi familia. Me ayuda en el profesorado. Después, en la pista, cada uno es diferente. Nos aconstejamos y competimos, pero la realidad es que trabajamos y tenemos objetivos de alto rendimiento. En el tiempo libre, es mi novia», afirma Ruggeri. Sueña con un buen resultado en el Campeontao Sudamericano de Asunción, cuyo ganador clasifica directamente al Mundial de Londres.
FOTO: Ruggeri y Chiappe con el entrenador Carlos López