Faltando pocos minutos para que concluyera el lanzamiento de bala -este sábado 5 de octubre en la penúltima jornada del Campeonato Mundial en Doha- el coloso brasileño Darlan Romani palpitaba su hazaña: estaba en zona de medallas del lanzamiento de bala, disciplina en la que ya podemos considerarlo el mejor especialista sudamericano de todos los tiempos.
Sin embargo, fue en esa última ronda donde apareció el estadounidense Joe Kovacs y derrumbó todos los planes. No solo los de Romani (que se quedó fuera del podio) sino también los del campeón olímpico, su compatriota Ryan Crouser, y los del defensor del título mundial, el neocelandés Tomas Walsh.
Con un fabuloso lanzamiento de 22,91 metros, Kovacs -quien marchaba cuarto y lejos hasta ese momento- se llevó el título de la mejor competencia mundial de bala de la que se tenga memoria.
Kovacs ya había demostrado sus dotes de competidor al ganar el Mundial 2015 en Beijing y la medalla de plata en Londres 2017. Este año tenía una mejor marca de 22.31 en Des Moines y había que tenerlo en cuenta pero, como se daba el concurso, parecía que no llegaba al podio. Su increíble disparo final trastocó todo y lo coloca tercero en el ránking mundial permanente, que desde 1990 lidera su compatriota Randy Barnes con 1990. No hay memoria desde esa época, que el lanzamiento de bala haya alcanzado un nivel como el de estos días, con el liderazgo de Crouser, Walsh y también Kovacs y Romani.
Crouser, desesperadamente, intentó el oro con su último tiro. Y llegó a otro registro notable de 22.90 metros, que lo dejó apenas a 1 cm. de su compatriota. Debió conformarse con la medalla de plata. Y Walsh, que también había conseguido su marca personal de 22.90 en el tiro inicial (que le hubiera valido el oro en cualquier competencia)… quedó en bronce.
Darlan Romani se movía con tranquilidad ya que, tras sus 21.61 del primer intento, logró 22.53 en el segundo (muy cerca de su récord sudamericano de 21.61). Siguió con otros dos lanzamientos sobre los 22 metros (22.03 y 22.13), pero los nulos de lso dos finales lo dejaron sin posibilidades. Claro que nadie esperaba lo que sucedió con Kovacs…
Por un lado, una pena que, con semejante registro, no haya medalla. Por otro, la confirmación de un nivel supremo de parte de Romani, este gran campeón surgido de Santa Catarina.
El estadounidense Darren Hill fue 5° con 21.65 y luego se ubicaron dos valores más jóvens: el polaco Konrad Bukowiecki con 21.46 y el neocelandés Jacko Gill con 21.45.