Positivo balance argentino en el Ibero

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Por Luciana Aranguiz / Diario Clarín

Once medallas, dos récords argentinos absolutos, un pasaje a los Juegos Olímpicos y siete mejores marcas personales. Además, una gran sensación de superación y satisfacción. Todo eso se llevó Argentina del Campeonato Iberoamericano de atletismo que se celebró en el estadio Engenao de Río de Janeiro que será la sede de ese deporte en la cita olímpica de agosto. Atletas, entrenadores y dirigentes coinciden: en Río los argentinos tuvieron una de las mejores actuaciones en la historia del torneo.

“Quedamos muy contentos. Viajamos a Río con mucha expectativa. Para los más experimentados el certamen era un compromiso importante pensando en los Juegos Olímpicos y para los más jóvenes, una buena chance de superar sus marcas personales. Fue un gran Iberoamericano”, analizó Andrés Charadía, jefe técnico deportivo de la Confederación Argentina De Atletismo (CADA) en una charla con Clarín. Y agregó: “Incluso quienes no consiguieron medallas se fueron con un balance positivo porque compitieron contra rivales muy duros con marcas muy fuertes. Eso habla también del crecimiento que está mostrando nuestro deporte. Vimos un grupo unido, con mucha seriedad y compromiso. Este es el camino que queremos seguir para mejorar nuestro producto y ampliar la base del atletismo nacional”.
Las estadísticas marcan que Argentina tuvo en Río su mejor actuación en un Iberoamericano en ocho años. Finalizó tercero en el medallero general, algo que no ocurría desde Iquique 2008, con once medallas y detrás de Brasil (16-16-19) y Colombia (5-5-2). En la cosecha hubo cinco oros: Germán Chiaraviglio en salto con garrocha, Juan Manuel Cano en 20 kilómetros de marcha, Román Gastaldi en decatlon, Jennifer Dahlgren en lanzamiento de martillo y Belén Casetta en 3.000 metros con obstáculos, quien aseguró una nueva plaza para Río y estableció un record argentino. Además hubo podios de Joaquín Arbe (plata en 3.000 con obstáculos), Carolina Lozano (segunda en 1.500 metros con plusmarca nacional) Florencia Borelli (plata en 5.000 metros y bronce en 3.000), Valeria Chiaraviglio (tercera en salto con garrocha) y Rocío Comba (bronce en lanzamiento de bala).
Para la CADA el éxito no se midió sólo en los resultados. “El torneo dejó un saldo muy positivo por las medallas logradas, pero también porque hubo muchísimas superaciones y eso es muy importante para nosotros. Lo de Belén Casetta, por ejemplo, fue brillante. Esperábamos que tuviera una gran actuación, pero no tan contundente. Y lo de Carolina Lozano también porque confirmó en Río su gran progreso del año pasado”, aseguró Juan Scarpín, presidente de la entidad.
Los atletas también se fueron de Río con muy buenas sensaciones. “Fue un gran torneo. Más allá de mi logro personal fue muy emocionante ver a Belén conseguir su boleto a Río y a todos los chicos que están empezando a competir en torneos internacionales. Fue muy bueno lo que vivimos con el grupo”, afirmó Dahlgren.
“En los últimos años hubo una pequeña elite de atletas argentinos que cosecharon logros muy importantes a nivel internacional. Pero seguíamos con una base bastante pobre. Hoy esa tendencia empieza a revertirse. Hay todavía mucho por hacer, pero actuaciones como la que vimos en el Iberoamericano crean mucha expectativa para el futuro”, cerró Scarpin.

HACIA EL FUTURO

Por Mariano Ryan / Diario Clarín

Si bien toda evaluación de un torneo debe ser global, tras el Campeonato Iberoamericano es interesante dividir ese balance entre lo producido por los puntales de los últimos tiempos del atletismo argentino y los jóvenes que comienzan a proyectar sus figuras.

Entre los primeros el mejor posicionado rumbo a Río de Janeiro 2016 es Germán Chiaraviglio por sus 5,60 metros en garrocha. Germán Lauro, imbatible en este tipo de competencias en la última década y carta segura en los últimos Juegos Olímpicos y Mundiales para acceder a las finales, arrastra una serie de lesiones que dejan dudas. Y tampoco están todavía a pleno figuras como Braian Toledo o Jennifer Dahlgren, aunque de ellos se espera una recuperación. ¿Serán suficientes los menos de 80 días que faltan para el encendido del pebetero olímpico?
Detrás aparecieron elementos muy satisfactorios que llevan a afirmar que el resultado del Ibero fue muy positivo para un atletismo que necesita compararse en el ámbito regional porque el primer mundo se alejó definitivamente. Pero, ¿qué se tiene en cuenta para decir que lo hecho en Río de Janeiro fue mucho mejor de lo que se venía dando? El análisis debe ser sobre las actuaciones técnicas sin considerar los puestos obtenidos. Un ejemplo: Joaquín Arbe fue sexto en los 1.500 metros con 3m44s10, un tiempo que marca una evolución notable. Y fue segundo en los 3.000 con obstáculos derrotando a atletas ya clasificados para los Juegos. Arbe quedó a la cabeza de un conjunto de jóvenes mediofondistas que brillaron en los últimos días y que se completa con Leandro Paris, Belén Casetta (consiguió un quizá inesperado pasaje olímpico), Carolina Lozano y Florencia Borelli.
En definitiva, hay chicos para pensar que, con trabajo y planificación, el atletismo argentino se puede recuperar. Al menos, dentro de la región. Y eso sería otro paso adelante.

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