Robeilys Peinado hizo historia este domingo para Venezuela al conseguir, con su bronce en el salto con garrocha de Londres-2017, la primera medalla de la historia de Venezuela en un Mundial de atletismo y admitió que la primera «sorprendida» había sido ella.
Peinado igualó el récord de Venezuela saltando 4,65 metros, igual que la cubana Yarisley Silva, que también fue bronce. El oro fue para la griega Ekaterini Stefanidi, ya campeona olímpica, que ganó con 4,91 metros, mientras que la estadounidense Sandi Morris se quedó en 4,75.
«No estaba preparada para una medalla. Me llevó mucho tiempo creer que sí, que tenía una medalla. Mi entrenador me decía que era tercera y no me lo creía, hasta que lo vi en la pantalla, y hasta tampoco. No me lo esperaba. Estoy igual de sorprendida que todos, ni siquiera tenía al principio el Mundial en mis planes», admitió Peinado en una entrevista con la agencia AFP al final de la prueba.
«Es un sueño. Siento que estoy viviendo algo increíble. Las cosas pasan por algo y esto también. Todo lo malo que he pasado ha sido para algo. Cuando una puerta se cierra otra se abre y esta es la que se me ha abierto», señaló con una sonrisa.
Peinado hacía alusión a lo vivido hace un año, cuando en un entrenamiento previo a su participación olímpica en Rio sufrió una lesión en la mano izquierda al romperse una garrocha. Ese problema le obligó a ser operada y estuvo medio año de baja, pero nunca perdió la confianza en su recuperación.
Peinado ya consiguió medallas importantes en categorías juveniles y fue campeona sudamericana a finales de junio en Asunción, pero el bronce mundial supone entrar en una nueva dimensión como atleta, que le da fuerza para apuntar a lo máximo, con el oro olímpico de Tokio-2020 en el horizonte.
«No puedo pedir más. Tengo una frase que dice que no hay límite. Antes el cielo era mi límite, pero ahora sé que puedo ir más allá del cielo. No me pongo límites. Ojalá pueda conseguir el título en Tokio«, reconoció.
«Creo que no voy a poder dormir esta noche. Es increíble conseguir un récord, una medalla aquí», insistía, sin poder salir de su asombro.
Para Peinado, estar en la final ya era un gran éxito, sobre todo porque era consciente de ser la más joven y llegar con marcas inferiores a la de la mayoría de las finalistas.
«Era la más pequeña de las finalistas. Solo puedo decir que voy a continuar. Si después de los de Rio pude volver, imagina de qué soy capaz. «Al principio me sentía incómoda porque no estoy acostumbrada a compartir colchoneta con atletas de ese nivel, pero luego me centré en la competencia, muy concentrada», afirmó.
Robeilys Peinado se entrena en Polonia con el técnico ucraniano Vyacheslav Kalinichenko.
«En Polonia todo es muy frío, la gente es fría también. Mi vida allí se resume en ir de casa a los entrenamientos y de los entrenamientos a casa. Hasta el internet lo tengo limitado y no veo la televisión porque no la entiendo. Es un esfuerzo, pero ha merecido la pena», constató.