Fuente: Diario La República / Perú
A veces uno empieza haciendo un deporte como un simple juego o pasatiempo, sin embargo, luego termina siendo –quizá– lo más importante en su vida. Luis Ostos comenzó a correr a los 19 años por diversión, pero le gustó y fue dándole mayor protagonismo en su día a día. Se preparó a pesar de las distintas dificultades que tuvo en frente y en la actualidad es campeón Bolivariano –con récord incluido– en los 10 mil metros planos.
¿Qué significado tiene para ti el haber conseguido el oro y encima romper una marca que tenía de vigencia 40 años?
Algo maravilloso. Después de los entrenamientos que se realizan, que son muy duros, sentir que has batido un récord (28m56s95c) y conseguido una medalla de oro es como un alivio, como un consuelo que te das, que te dice que luego de tanto sacrificio las cosas dan su resultado.
¿Por qué dijiste que este logro era como una revancha del Sudamericano?
Me acordé del Sudamericano que no pude con el primer lugar y dije: ‘hoy tengo que conseguir récord Bolivariano y el oro sí o sí’. Ya estaba mentalizado y logré el objetivo, me saqué el clavo de encima.
¿Te afectó mucho el calor y la humedad en Santa Marta?
Sí, me afectó un poco, pero como vengo de una zona cálida que es Uchiza que tiene casi el mismo clima que Santa Marta, no tuve complicaciones para cumplir mi objetivo.
Cuéntame, ¿desde cuándo te comenzó a llamar la atención el atletismo?
Desde los 18-19 años. Desde pequeño en el colegio yo ya me desplazaba a mi casa corriendo por necesidad, puesto que no tenía otro medio de transporte más que mis pies. Nunca pensé en ser corredor”.
Y te juntaste con atletas ya profesionales…
Sí, en Huancayo (2012) estuvimos entrenando en el grupo de John Cusi, de Raúl Machacuay hasta el siguiente año que llegó el profesor Rodolfo Gómez y me incluyó en el Programa Nacional de Maratonistas.
Ahí se podría decir que comenzó tu carrera…
Sí, desde ahí ya empecé a despegar.
Ahora te dieron una beca para estudiar en Rusia –en el colegio-, pero la rechazaste. ¿Por qué?
Sí, me la dieron. Pero no quería despegarme de mi abuelita, ella es como mi madre. Es como mi ángel guardián y yo decía: ‘si me voy, me van a despedazar’. No me arrepiento de la decisión que tomé en ese momento.
Tus próximas competencias, ¿cuáles son?
A principios de enero del 2018 tengo una carrera en Washington, campeonatos de pista en Estados Unidos y, principalmente, los Juegos Odesur que son en junio y el Iberoamericano.
¿Qué mensaje le darías al público peruano?
Que nos sigan alentando, que nos sigan dando su apoyo que eso nosotros necesitamos cuando estamos ya cansados y llegamos a un punto crítico en el que queremos desistir. Ese aliento de ‘arriba Perú’ nos fortalece para poder llegar a la meta.