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Legado eterno: los Gutiérrez, pioneros de la velocidad en Colombia

23/05/2025
Legado eterno: los Gutiérrez, pioneros de la velocidad en Colombia
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    Campo y Freddy Gutiérrez marcaron el rumbo del atletismo nacional desde Berlín 1936 hasta Tokio 1964

    La historia del atletismo colombiano tiene nombres insignes que trazaron el camino cuando aún no existía tradición ni recursos. Dos de esos nombres —Campo Elías Gutiérrez y su hijo Freddy Gutiérrez— representan el cimiento de la velocidad en Colombia y el desarrollo de una auténtica dinastía deportiva.

    Campo Elías Gutiérrez, natural de Cartagena, hizo parte del primer grupo de atletas que representó a Colombia en unos Juegos Olímpicos. Fue en Berlín 1936, un evento cargado de significado histórico y político, donde el joven aficionado al lanzamiento de jabalina obtuvo su clasificación el 6 de junio en el estadio de Galerías, en Bogotá. Su presencia en el evento que consagró a Jesse Owens marcó el inicio del deporte olímpico colombiano.

    Una dinastía forjada en la pista

    Campo Elías, tras su retorno, se dedicó al atletismo y a la formación de una familia que vivió y respiró deporte. Junto a Rosa Hernández, tuvo ocho hijos, de los cuales siete fueron deportistas y seis se destacaron en el atletismo. El hogar de los Gutiérrez, dentro del estadio Pedro de Heredia de Cartagena, era literalmente una pista de formación atlética: los niños crecían jugando y entrenando frente a su casa, en un entorno único y propicio para el alto rendimiento.

    Los hermanos Gutiérrez en el deporte:

    • Freddy: 100 y 200 metros planos, relevos 4×100 y 4×400
    • Guillermo: 100 y 200 metros
    • Manuel: 110 m con vallas, salto largo y alto
    • Gustavo: lanzamiento de disco y jabalina
    • Hernando: salto largo, triple salto y decatlón
    • Alma Rosa: velocidad femenina (100 y 200 m)
    • Joaquín: beisbolista en las Grandes Ligas (Boston, Baltimore, Filadelfia)

    Freddy Gutiérrez: una marca que hizo historia

    Freddy brilló especialmente en la década de 1960. Su momento estelar llegó en los chequeos nacionales para Tokio 1964, donde registró 10.3 segundos en los 100 metros planos, imponiendo nuevo récord nacional y ganando su cupo a los Juegos Olímpicos. Esta marca se mantuvo vigente por tres décadas, hasta ser superada en 1994 por Robinson Urrutia (10.24 s).

    El proceso para asistir a Tokio no fue fácil. El apoyo estatal era escaso, por lo que Freddy tuvo que financiar su viaje con ayuda de la comunidad. Fue el boxeador Bernardo “Caballo” Caraballo quien organizó una pelea de exhibición para recaudar fondos, permitiendo así la participación del velocista cartagenero en Japón.

    Aunque no superó la primera ronda olímpica, Freddy adquirió una experiencia valiosa que luego compartió como formador de nuevas generaciones. Su legado trascendió las pistas y se convirtió en símbolo de perseverancia y pasión deportiva.

    El auge del atletismo colombiano en los 60

    Freddy fue parte de una generación dorada, que impulsó el desarrollo del atletismo colombiano en todo el país:

    Principales figuras de la época:

    RegiónAtletas DestacadosEspecialidad
    AntioquiaÁlvaro Mejía, Jaime Uribe, Parmenio RestrepoMedio fondo, velocidad, garrocha
    Valle del CaucaPedro Grajales, Elsy Rivas, José G. NeiraVelocidad, medio fondo
    SantanderHumberto Gutiérrez, Pedro P. CárdenasVelocidad, fondo
    BolívarDagoberto González, Jaime Pautt, GutiérrezLanzamientos, saltos, velocidad

    Bolívar se consagró campeón nacional de atletismo en varias ocasiones durante esa década, en buena parte gracias al aporte de los hermanos Gutiérrez.

    Freddy, el referente eterno

    Tras su retiro, Freddy Gutiérrez se radicó en Miami, donde formó una familia con cuatro hijos: Freddy, Hernando, Albert y Pattie. Falleció en junio de 2024, dejando un legado que va más allá de marcas y medallas: el de haber sido un referente para generaciones de velocistas colombianos.

    Su vida y obra siguen siendo inspiración para el atletismo colombiano, que aún corre bajo la sombra de aquel 10.3 glorioso que lo catapultó a la historia.