Por PABLO BERON / Diario Olé / Argentina
Dentro de los jóvenes argentinos que apuntan alto para los próximos Juegos Olímpicos, el atleta Joaquín Gómez es la esperanza del lanzamiento de martillo. A los 20 años, el plusmarquista sudamericano en categorías menores muestra que tiene mucho potencial para ser una de las principales promesas del deporte argentino y apunta a dar mucho para hablar en las próximas dos décadas. Viene de mejorar su récord argentino Sub 23, conseguido en el Grand Prix de Buenos Aires del último sábado con una marca de 72,95m.
-¿A qué edad empezaste a lanzar?
-La realidad es que empecé jugando cuando tenía alrededor de cuatro años, sobre todo porque mi papá (Daniel) fue lanzador de martillo y campeón sudamericano, y yo quería hacer lo mismo que veía en él. Entonces, él me armó un martillo de juguete con una pelota y empecé a jugar con eso, por imitación. A entrenar más regular fue a los 12. En mi familia lo tomaron muy bien porque, además de mi papá, mi mamá (Analía) también era atleta; ella ahora es otra entrenadora del club (la Escuela Municipal de Villa Domínico). Mi hermana fue campeona sudamericana de juveniles en la misma disciplina, estamos en la misma sintonía.
-¿Tenés un referente?
-Yuri Sediy, que mantiene el récord del mundo desde hace 30 años.
-¿Cuáles son tus aspiraciones?
-Quiero conseguir la clasificación a Tokio. Sería un objetivo a largo plazo. Ese año tengo el Sudamericano en Paraguay. En la pretemporada me centré en todos los trabajos de fuerza, que realmente nunca había hecho ejercicios de esa manera. Además tuve pesas y lanzamientos con martillos pesados. Ahora, mientras estoy en competencia, empecé a trabajar mucho más en lo que es la velocidad y la técnica. Me gustaría terminar el año con una marca de 74 metros en martillo, pero es una expectativa que tenemos nosotros y, afortunadamente, no estoy tan lejos de llegar a esa distancia.
-¿Cómo llevan el rol de padre y entrenador?
-La verdad que nos llevamos bastante bien. Estamos haciendo un trabajo a futuro, no estoy en mis mejores marcas. Los lanzadores suelen alcanzar sus mejores marcas cuando están rondando los 30 años y compiten hasta los 40. Lo que buscó mi papá es que no tenga buenas marcas de joven y que no alcance mi mejor rendimiento a edades tempranas, sino que tenga un mejor rendimiento cuando me acerque a los 30 y que, sobre todo, mantenga en ese nivel hasta los 40 para competir de manera ideal. El plan que tenemos es hacer una carrera larga y priorizamos eso por sobre una carrera corta, con marcas más rápidas y mejores. La verdad es que se controló bien desde el principio porque no me exigía más de lo que podía dar. Cuando era chico estaba atento a si me sentía bien o cualquier cosa que pasara con mi vida.
-¿Hacés algo fuera del atletismo?
-Estoy en segundo año de la Licenciatura en Kinesiología y Fisiatría en la UNAJ. Aunque vengo bien con la carrera, me voy a atrasar un poco. No estoy apurado por terminarla, sobre todo porque la voy haciendo de una manera en que pueda entrenar y competir bien. No me sirve hacer las dos cosas apurado y que después no me vaya bien en ninguna. Ahora le doy más importancia al entrenamiento y las competencias que al estudio, pero voy a seguir estudiando.