Estas tres horas de plenitud atlética en el Estadio Olímpico (Engenhao) de Rio de Janeiro, disfrutadas el domingo 14 de agosto, quedarán para la historia de nuestro deporte. Sudamericano y Mundial. Por primera vez en las 31 ediciones de los Juegos, dos atletas de Sudamérica coparon los dos primeros lugares de un podio, un mérito que correspondió a Catherine Ibargüen y Yulimar del Valle Rojas, de Colombia y Venezuela respectivamente, en una vibrante, inolvidable, competición del triple salto. Ibargüen corona así su fabulosa campaña que la llevó a convertirse en una de las mejores atletas de todos los tiempos en nuestra región. Mientras Yulimar es todo futuro -aún no ha cumplido 21 años- Ibargüen ya coloca su nombre junto a los otros sudamericanos que alcanzaron la máxima gloria olímpica: Zabala, Cabrera, Adhemar, Joaquim Cruz, Jefferson Pérez, Saladino, Maurren Maggi.
Ibargüen se llevó el salto triple con su mejor registro de la temporada (15.17 metros) y Rojas, la medalla de plata con 14.98 metros, también sensacionales. Es la segunda medalla en la historia que consigue el atletismo venezolano en los Juegos Olímpicos. Curiosamente, la anterior también fue en esta prueba, pero entre los varones a través de Asnoldo Devonish (bronce en Helsinki, 1952). Justamente aquel día -cuando ganó el gran Adhemar Ferreira da Silva- también hubo dos sudamericanos en el podio, aunque 1° y 3°. Ahora Ibargüen y Yulimar dejaron en el tercer puesto a la última campeona olímpica, la kazaja Olga Rypakova, quien dio batalla con sus 14,74 metros.
Pero la noche tenía reservado mucho más a través de Usain Bolt y Wayne van Niekerk. Este último, sudafricano y campeón mundial de los 400 llanos, corrió por el andarivel externo y demolió el récord mundial que tenía el mítico Michael Johnson. Lo dejó en 43s.03, un registro «estrastosférico». Y relevó al nivel de los «mortales» a los anteriores campeones olímpicos, quienes tuvieron que pelear ahora por el segundo puesto: fue para Kirani James (Grenada) con 43s.76, delante del estadounidense LaShawn Merrit con 43s.85.
Y a las 22.25 fue el turno de otro de los momentos estelares. Esos que van a quedar por siempre: Usain Bolt se apoderó de su tercer título olímpico consecutivo en la «prueba reina» de los 100 metros llanos, al marcar 9 segundos y 81 centésimas. En los últimos 30, volvió a quebrar la oposición del estadounidense Justin Gatlin -el campeón de 2004- quien se llevó la plata con 9s.89, quedando el bronce para el canadiense y campeón panamericano Andre DeGrasse con 9s91. Si hasta no hace mucho tiempo ganar los 100 metros en dos ediciones olímpicas consecutivas era un «imposible» -hasta que lo hizo Carl Lewis- ni pensar en tres veces… Y Bolt lo consiguió. «No pude ir más rápido, pero estoy feliz por el triunfo», dijo, con una multitud de 60 mil espectadores que no paraba de ovacionarlo. Idolo absoluto, leyenda. Ahora irá por los 200.