El adiós a los Juegos de gran calor popular junto al atletismo

El fervor popular que acompañó cada una de las jornadas en el Estadio Nacional de Santiago de Chile fue, indudablemente, uno de los aspectos más valiosos de las competiciones atléticas en los XIX Juegos Deportivos Panamericanos. Dichas competiciones culminaron este sábado 4 de noviembre, mientras que el domingo 5 se celebra la ceremonia de clausura, pasando la “posta” para el 2027, cuando Barranquilla asumirá la organización.

Debido a lo avanzado de la temporada, y cuando ya están en período de descanso o de comienzos de su preparación olímpica, la mayoría de las estrellas de nivel mundial no pudo asistir a esta cita. No obstante, otras sí lo hicieron y jerarquizaron la competición como fue el caso de la dominicana Marileidy Paulino (campeona mundial de 400, optó aquí por los 200 y aportó también medallas en los relevos), la peruana Kimberly García en marcha, el brasileño Darlan Romani en bala o la estadounidense DeAnna Price en martillo, por citar algunos. Pero, indudablemente, el hombre de mayor nivel técnico entre los superstars fue el canadiense Ethan Kartzberg, campeón mundial de martillo (a sus 21 años, el más joven del historial) y que aquí se aproximó a su registro de Budapest, desbordando los 80 metros en casi todos sus disparos y logrando 80.96 m.

Aún concurriendo con un plantel alternativo, Estados Unidos –la principal potencia del atletismo mundial- pudo mantener el tope del medallero, donde también Brasil y Cuba cumplieron un rol importante. Estados Unidos cerró con 8 doradas, 5 de plata y 12 de bronce (total 25), mientras brasileños y cubanos lograron 7 doradas cada una. En el caso de Brasil acumuló 10 de plata y 6 de bronce (para un total de 23), en tanto la nueva generación cubana –cuyos valores salientes fueron Lázaro Martínez en triple y Luis Sayas en salto en alto, por citar los de mayor clase internacional- quedó con 6 de plata y 5 de bronce (total 18).

En su consagración delante de su propio público Martina Weil resultó la heroína del evento y, a su triunfo en los 400 metros llanos, le unió la contribución al relevo corto de Chile, con una sorprendente medalla de plata. Pero lo cierto es que, unido a su condición de local y al progreso de sus valores, Chile produjo su mejor panamericano. Además de Weil disfrutó los triunfos de Lucas Nervi en lanzamiento del disco –delante de un calificado field, que incluía al jamaiquino Drakes y al recordman sudamericano Mauricio Ortega- y de Santiago Ford, el atleta que se alejó de Cuba hace algunos años para encontrar su “lugar en el mundo” en Chile. Y conquistar ahora un valioso y duro decathlon.

Junto a Martina Weil otra dama de nuestra región, la venezolana Joselyn Brea, levantó a las tribunas. Y completó una temporada excepcional, al ganar aquí sobre 1.500 y 5.000 metros, en emotivas definiciones. Brea venía de batir las plusmarcas sudamericanas de la milla, 3.000 y 5.000 (aquí por debajo de 15 minutos) y de acumular tres doradas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en San Salvador. Bajo la guía técnica de Marvin Blanco, ahora alcanzó una distinción en el atletismo de fondo que nunca había tenido Venezuela. A su triunfo se unió el de José Maita en 800 metros y las más esperadas medallas de plata de Rosa Rodríguez en martillo y Robeilys Peinado en garrocha.

Por la ausencia de los principales sprinters del Caribe y USA, y por el clima frío –hasta lluvioso en algunas jornadas- las pruebas de velocidad no tuvieron tanto nivel como otras.

Sí, en cambio, en las competiciones de marcha estuvieron los principales exponentes sudamericanos y que están pisando fuerte en la arena mundial. En ese sector hubo que lamentar una grave falla organizativa, que privó de las marcas a las participantes en los 20 km. femeninos. Esta prueba consagró como campeona a la bicampeona mundial de Oregon 2022, la peruana Kimberly García, mientras que el ecuatoriano David Hurtado hizo lo suyo entre los hombres sobre esa distancia, en performance consagratoria. Prolongando la tradición ecuatoriana en marcha, la dupla que formaron Glenda Morejón y Brian Pintado se adueñó de la edición inaugural  del “relevo mixto / maratón”,  una curiosa disciplina que vendría a completar el programa de la disciplina, inclusive en citas olímpicas.

Si Brasil fue una vez más el principal exponente del atletismo sudamericano en estas justas, la recuperación de Chile y los momentos de Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela también fueron alentadoras. La Argentina volvió a disfrutar de un oro panamericano después de dos décadas a través de Belén Casetta en los 3.000 metros con obstáculos, en otra emotiva demostración: hace apenas cinco meses había sido mamá y poco después retornó (paulatinamente) a las competiciones. Déborah Rodríguez, con su experiencia, entrega y calidad, le aportó una medalla –plata- a Uruguay en los 800 metros. Y en los 400 metros con vallas nos Gianna Woodruff consiguió, para Panamá, la primera dorada de su historial femenino en estos Juegos: era esperado, se trata de la finalista olímpica y mundial.

Otro país de nuestra región en el medallero: Guyana. Probablemente con sus mejores resultados a través de los velocistas (Jasmine Abrams subcampeona, Emanuel Archibald bronce) y el tercer puesto de Leslain Baird en lanzamiento de jabalina.