El atletismo sudamericano lamentó en esta semana la muerte de dos ex campeones, de distintas generaciones y que fueron grandes figuras para los seleccionados de Chile y la Argentina: Gustavo Ehlers y Emilio Mazzeo.
Tres meses atrás, había fallecido Jorge Ehlers, hermano mayor de Gustavo y que le antecedió también en sus victorias regionales sobre 400 metros. Justamente, Gustavo heredó los títulos de Jorge al lograr los 400 llanos en Rio 1947 (49s0), Lima 1949 (49s5) y Buenos Aires 1952 (48s7). También fue representante olímpico de Chile en Londres 1948 y participó en los Juegos Panamericanos de Buenos Aires 1951, donde terminó 6° en los 400 llanos y logró la medalla de plata con la posta larga. El 20 de octubre de ese mismo año consiguió su mejor marca de 47s.9, que permaneció casi dos décadas como récord chileno. Y fue distinguido por el Círculo de Periodistas Deportivos como «el mejor deportista chileno» de esa temporada. Había nacido el 23 de junio de 1925.
Emilio Mazzeo, de Córdoba (Argentina), acaba de morir a los 65 años, víctima de un problema cardíaco. Su recordman argentino de salto en largo -prueba en la que también obtuvo el título sudamericano en 1974- y salto triple, además de lograr medallas sudamericanas en el decathlon (en 1971 escoltó a los venezolanos Thomas y Montezuma en Lima). Justamente en triple protagonizó un hecho histórico para el atletismo de su país: en los Juegos Panamericanos de México, en 1975, con sus 15.85 m., batió el récord nacional que Luis Brunetto mantenía desde 51 años antes, desde los Juegos Olímpicos de París 1924. A su retiro de la actividad competitiva, Emilio Mazzeo tuvo una fecunda labor como entrenador de atletismo, preparador físico, docente y directivo en nuestro deporte.