La historia del atleta colombiano Diego Armando Palomeque Echavarría ha cambiado mucho. Ya no es el mismo muchacho que en agosto del 2012 (no pudo participar en los Juegos de Londres).
Hace cinco años, Palomeque no podía creer que su nombre estaba atado a un escándalo, debido a que en los análisis salió la sustancia testosterona. Diego quedó suspendido de manera cautelar desde el 4 de agosto del 2012, pues el conducto regular en estos casos es esperar el resultado de la muestra B, pero el examen confirmó la presencia de la sustancia prohibida. Tenía 18 años y hasta ahora comenzaba a obtener resultados. Su clasificación a Londres era lo mejor que había hecho y la ilusión de llegar a una final de los 400 metros era su principal objetivo, pero se truncó. Su DT explicó que había sido por tomar el producto homeopático Testes LHA, luego de una lesión en abril de ese año.
En enero del 2013, el atleta recibió otra infortunada noticia: fue suspendido por dos años. Durante esa época no paró de entrenar. Claro, bajó un poco, pero iba al estadio, se calzaba sus zapatillas y entrenaba. No tenía un norte definido, pero había que seguir adelante, no bajar la guardia.
Las Fuerzas Armadas le dieron una mano y el cadete Palomeque Echavarría comenzó a figurar en competencias nacionales e internacionales después de cumplir la sanción. Dio frutos el hecho de no parar, el decirle sí a los entrenamientos, a tal punto que se ganó la casilla para competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Y en Río logró una marca de 46,48 segundos en la prueba de los 400 metros, mientras que en el relevo largo, el de 4×400, el corredor de Apartadó (Antioquia) al lado de Carlos Lemus, Jhon Perlaza y Anthony Zambrano consiguieron un tiempo de 3 minutos 1 segundo 84 centésimas. “Siempre asimilé bien ese problema que tuve. Eso les ha pasado a grandes deportistas y han vuelto a ganar. Yo era muy inexperto, un muchacho, pero tengo la cualidad de ser fuerte mentalmente. Hay algo que quiero destacar, ahí siempre estuvo mi familia”, señaló Palomeque antes de ir a Río 2016. Y durante el reciente Nacional de Colombia en Medellín logró su casilla al Mundial de Atletismo de Londres, en agosto, en donde quiere cumplir la meta que no pudo en el 2012.
Diego siempre ha tomado el positivo que arrojó como una experiencia más en la vida. Todo es un aprendizaje. A Palomeque siempre le llamó la atención la carrera militar, porque es un complemento ideal para la disciplina, para el deporte. En las Fuerzas Militares lo dejan entrenar, viajar a competir, aunque, advirtió, a veces es duro.
El 30 de abril del 2016, en Medellín, Diego rompió la marca nacional de los 400 metros, la dejó en 45,25 segundos, registro que nadie ha igualado.
Hoy, forma parte de la Liga del Valle. Allí llegó desde octubre y está bajo las órdenes del técnico cubano José Bernard Franklin.
“Es un muchacho muy aplicado. Llegó desorientado. Venía de las Fuerzas Armadas, pero ha tenido disciplina, ha trabajado bien y ya ha mejorado sus marcas”, le dijo Bernard a EL TIEMPO.
“Consiguió su cupo en el Nacional de Medellín, eso nos da pie para decir que está concentrado en lo que quiere”, aseguró Bernard. Y agregó: “Cuando lo recibí, su momento era difícil, estaba decepcionado con él mismo. Ya es otro, ya piensa distinto y está bien preparado».
Ahora Palomeque será una de las cartas colombianas en el Sudamericano de Asunción. Durante los citados Nacionales de Medellín logró los 100 llanos en 10.24 y ambos relevos para Antioquia, además de marcar 20.32 en 200, donde escoltó al recordman Bernardo Baloyes (20.11).