Como marca la tradición olímpica, el maratón masculino cerró la programación atlética. Y Rio 2016 -los primeros Juegos de la historia en tierra sudamericana- ya son historia.
También el triunfo de un keniata, Eliud Kipchoge, fue acorde a esta tradición (al menos, la más cercana). Kipchoge era el gran favorito para esta competición, que tuvo una alta participación sudamericana, aunque no en los puestos de vanguardia.
Experimentado olímpico desde sus tiempos de junior (fue bronce de 5.000 metros en Atenas 2004 y plata, cuatro años más tarde en Beijing), su transición hacia el maratón en los últimos tiempos fue igualmente exitosa, convirtiéndose en uno de los astros de ese país de astros. Lleva ganadas siete de sus ocho maratones, incluidos cinco «majors», el más reciente en Londres donde marcó 2h.03m.05s. Para esta aventura -y sobre todo para el esperado duelo con los etíopes- lo acompañaban Stanley Biwott (último ganador del maratón de Nueva York y escolta de Kipchoge en Londres con 2h03m51s) y el menos conocido Wesley Korir.
La prueba se largó bajo llovizna y el hombre encargado de marcar el ritmo fue el eritreo Ghirmay Ghebrselassie, campeón mundial del año pasado. Todo, también como se preveía, con un tono muy conservador. A los 10 kilómetros, cruzaban en 31m08s, con 60 corredores en una franja de diez segundos. Un pelotón igualmente nutrido -en el que Kipchoge iba expectante- pasó los 15 km. en 46m53s y el «ecuador» de la prueba en 1h05m55s. El grupo se redujo a 37 corredores a los 25 kim (1h18m12s) y entre ellos se encontraba el peruano Christian Pacheco, de un audaz recorrido hasta ese momento.
El «verdadero» carrerón se largó sobre los 27 kilómetros, cuando los keniatas decidieron apurar. Kipchoge era líder poco después. Desde los 32 km. todo quedó reducido a una lucha entre cuatro: KIpchoge, los etíopes Feyisa Lilesa y Lemi Berhanu (quien desertó enseguida) y el estadounidense Gale Rupp, un hombre de sólidos antecedentes en pista y cuyo único antecedente en esta distancia fueron los Trials de su país. Kipchoge pasó los 35 km. en1h47m40s y, cinco kilómetros más adelante, estableció una ventaja de 36s. sobre el etíope, que le permitió arribar con toda tranquilidad al Sambódromo para celebrar su triunfo. Desde que Frank Shorter ganara en Munich, hace 44 años, nadie lo había logrado con tanta ventaja. Y Kipchoge le devuelve a Kenia uno de los títulos más ambicionados como ese el maratón, con el «plus» que aquí, en Rio, también lo lograron en damas.
«Aquí no es cuestión de marcas, es cuestión de ganar, de medallas. Es el momento más feliz de mi vida», declaró.
Eliud Kipchoge cumplió el segundo tramo casi tres minutos más rápido que el primero y fue, fundamentalmente en sus formidables últimos 15 km. que cimentó su triunfo. Terminó en 2h.08m.44s. Feyisa Lilesa también hizo honor a la tradición y le dio a Etiopía la medalla de plata con 2h09m54s y Rupp -en unos Juegos Olímpicos que han devuelvo al atletismo de fondo de EE.UU. a los primeros planos- fue medalla de bronce con 2h10m05s (inclusive su compatriota Jared Ward trepó al sexto puesto con 2h11m30s). Cuarto, quedó el campeón del mundo Ghebrselassie con 2h11m04s.
El defensor del título olímpico, el ugandés Stephen Kiprotich, esta vez no tuvo la reacción de carreras anteriores, terminó 14° con 2h13m32s.
El numeroso lote sudamericano fue encabezado por el brasileño Paulo Roberto de Almeida Paula con 2h.13m.56s. Y cuatro puestos después arribó el ecuatoriano Byron Piedra con 2h.14m12s. No sólo hizo su mejor marca, en condiciones tan difíciles, sino que cumplió su cuarta participación olímpica, que había comenzado en Atenas 2004 con los 800 metros, que atravesó distintas distancias de mediofondo y fondo, y desembocó ahora en el maratón.
Christian Pacheco, luego de su demoledor esfuerzo inicial, fue declinando para quedar 52° con 2h18m41s (su hermano Raúl, subcampeón panamericano, fue 66° con 2h20m13s, siendo el mejor entre los peruanos Raúl Machacuay, 45° con 2h18m00s). Tres uruguayos también se dieron el gusto de terminar: Nicolás Custas en el 40° puesto con 2h17m44s y su hermano, mellizo, Martín (110° con 2h28m10s). También lo hizo Ernesto Zamora (50° con 2h18m36s, recordando que su padre había participado en el maratón olímpico de Barcelona 92. Los mediofondistas chilenos, que decidieron incursionar en la distancia larga, quedaron así: 42 Víctor Aravena 2h17m49s, 98 Daniel Estrada 2h25m33s y 108 Enzo Yáñez 2h27m47s. El medallista panamericano Mariano Mastromarino fue el mejor de los argentinos en el puesto 53° con 2h18m44s, remontando más de treinta puestos en la fase final de la competencia. Luis Molina quedó 89° con 2h23m55s y Federico Bruno, totalmente acalambrado a partir del km. 30, igual decidió terminar (137 con 2h40m05s). Colombia presentó al más veterano de los atletas olímpicos de nuestra región, Diego Colorado, quien a sus casi 43 años se dio el gusto de su debut en los Juegos y completó el maratón en 2h31m20s (puesto 125). También lo hicieron sus compatriotas Andrés Ruiz (79 con 2h22m09s) y Gerald Giraldo (optó por esta prueba en lugar de obstáculos, donde tenía la mínima y terminó 88° con 2h23m48s). Los otros sudamericanos fueron: 59 Marilson Gomes dos Santos (Brasil) 2h19m09s, 78 Solonei Rocha da silva (Brasil) 2h20m05s, 85 Miguel Almachi (Ecuador) 2h23m00s, 106 Luis Orta (Venezuela) 2h27m05s, 124 Segundo Jami (Ecuador) 2h31m07s, 134 Jorge Castelblanco (Panamá) 2h39m25s y 136 Derlis Ramón Ayala (Paraguay) 2h39m40s.
El resultado de maratón sentenció el medallero final, con una amplia colección de Estados Unidos (13 de oro, 10 de plata, 9 de bronce) y el potencial de Kenia y Jamaica (ambos con 6 doradas).