Angie Orjuela y un valioso bronce

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 De un lado Shalane, no Flanagan, la subcampeona olímpica especializada en 10.000 metros, pero sí una pequeña de 5 años bautizada en honor a ella; y del otro un especialista de los 3.000 metros con obstáculos que se perdió por una lesión los Juegos Panamericanos de Lima. 
Con la hija Shalane en la mente y el marido Andrés Camargo en el corazón la colombiana Angie Orjuela corrió hoy el maratón, superó sus límites y alcanzó con un soberbio remate la medalla de bronce del podio que encumbró a la peruana Gladys Tejeda. 
«Estoy dedicada a correr, a mi hogar, a mi hija y a mi esposo», le expresó a la agencia EFE con orgullo la fondista bogotana que el 9 de mayo cumplió 30 años. 
«Siempre queremos ganar. Me preparé muy fuerte, pensando en el final, al que generalmente llego sin fuerzas. En algún momento pensé que iba a ser quinta o sexta, pero este bronce me dice que vamos por buen camino a Tokio», celebró la ganadora de 5 ediciones de la Allianz 15K, tradicional prueba de medio fondo en Bogotá. 
Además del sueño olímpico, hay realidades en la vida de esta especialista en pruebas de largo aliento que, según ella, potencian su desempeño. 
«No hubo momento en que no la tuve en mi mente en cada kilómetro. Fue mi motivación», dijo al aludir a su hija. 
«Ha sido mi mas grande motivación, ella es la que me impulsa a levantarme todos los días y a darle un ejemplo de que cuando trabajamos con pasión se pueden alcanzar mucha cosas«, declaró Orjuela, quien hoy aportó la primera medalla de Colombia en los Juegos Panamericanos. 
Shalene Camargo Orjuela lleva en su nombre un homenaje de la pareja de atletas a la estadounidense Shalene Flanagan, medalla de plata en los 10.000 metros de los Juegos de Pekín 2008 y ganadora del Maratón de Nueva York en 2017. 
Camargo, su marido, quedó al margen de la delegación colombiana que se encuentra en Lima por culpa de una lesión. 
«Pensaba en él, en el sueño que dejó pasar en estos momentos por esa lesión y decidí correr por los dos, por el sueño que tenemos en conjunto», declaró la escolta en el podio de la medallista de oro peruana Gladys Tejeda y la estadounidense Bethany Sachtleben, que se colgó la plata. 
«Sabía que Gladys venía a defender su casa ante su público. Arrancó muy rápido, pensé que no le iba a alcanzar para el final, pero está en un buen momento», dijo. 
A pesar del poder exhibido por Tejada desde los pasados Juegos Panamericanos de Toronto, donde también obtuvo el oro con récord pero lo perdió por dopaje, Orjuela celebra haberle ganado «una que otra vez». 
«He tenido la fortuna de haberle ganado una que otra vez. Pero las competencias siempre son distintas, las sensaciones y los momentos no son iguales. Sabía que era la rival a vencer», puntualizó la colombiana, que al terminar hoy con un tiempo de 2 horas, 32 minutos y 27 segundos ve más cerca la marca a Tokio. 

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