Sobre las jornadas finales del atletismo panamericano apareció la habitual «aplanadora» USA y, junto al descollante rendimiento de los canadienses, han convertido a la mayoría de las pruebas en un difícil acceso: cada uno de esos equipos totaliza diez oros hasta la noche del viernes 24 de julio en el estadio de la Universidad de York, en Toronto. Si a esto le sumamos el potencial de los caribeños y aún de Cuba -que recién ahora repuntó algo gracias a la presencia de Pichardo- para los sudamericanos se hace muy complicado llegar al podio. Varias pruebas han tenido el standard de una final mundialista, lo que aumenta el mérito de los pocos atletas de nuestra región que se insertaron entre los medallistas.
Este viernes pudieron hacerlo el brasileño Julio César Miranda de Oliveira en lanzamiento de jabalina y el panameño Alonso Edward en los 200 llanos.
Esta prueba era una de las más esperadas, sobre todo para el público local que disfruta con su nuevo fenómeno de la velocidad, Andre De Grasse. Y pese a tener una salida algo lenta, su rush en la recta le permitió alcanzar y desbordar a sus rivales: se impuso con 19s.88 (viento de 0,3 mps), apenas dos centésimas por delante del jamaiquino Rasheed Dwyer y del panameño Alonso Edward. De ese modo, el canadiense se convirtió en el primer velocista que logra un doblete panamericano (100/200) desde que Robson da Silva lo hiciera en La Habana 91. Por su parte, Dwyer venía de establecer el récord panamericano con 19s.80 en semis, terminando con el legendario reinado de su compatriota Donald Quarrie (1971). Y Edward se dio el gusto de volver a un podio grande y aportarle una festejada medalla a la delegación panameña.
Recordman sudamericano con 19s.81 desde Berlin 2009, cuando escoltó a Usain Bolt en la final mundialista, recién en la pasada temporada Edward pudo recuperar su mejor nivel. Y ahora fue progresando poco a poco -con el foco en estos Juegos y en Beijing- hasta registrar un buen rendimiento en los Panamericanos. De Grasse, en tanto, también pudo concretar aquí el doblete del sprint (100/200) que ya había logrado hace pocas semanas en los campeonatos universitarios de EE.UU. y se perfila como el nombre saliente del atletismo en los Juegos. AL cubano Roberto Skyers su progresión hasta 20s.02 fue suficiente para un cuarto puesto y para apoderarse del récord de su país, que tenía más de tres semanas de vigencia.
En la misma prueba, entre las damas, la juvenil ecuatoriana Angela Tenorio sintió el trajín de estos días (seis competiciones entre series y finales de 100/200). Tuvo una salida algo lenta, de la cual ya no pudo recuperarse y terminó cuarta con 22s88, igualmente una puerta abierta a un inmenso futuro. Las estadounidenses concretaron el 1-2 a través de la campeona mundial junior Kyle Whitney (22s65) y Kyra Jefferson (22s72), quedando el bronce para la jamaiquina Simone Facey.
En el lanzamiento de jabalina, Julio César Miranda de Oliveira pudo alcanzar el podio con 80,94 m. En su mejor temporada dentro del campo grande y ya asentado sobre los 80 metros, el ex campeón mundial de menores escoltó al triniteño Keshorn Walcott (83.27) y al estadounidense Riley Doelzel (81.62). «Ahora quiero ajustar detalles técnicos y llegar bien al Mundial, mi ambición es tirar 85 metros», afirmó Miranda de Oliveira. El argentino Braian Toledo, quien había logrado el bronce en Guadalajara 2011 cuando aún era junior, ahora terminó cuarto con 79.68. Y el cubano Guillermo Martínez, campeón en las últimas dos ediciones de los Panamericanos, ahora está alejado de ese nivel y fue octavo con 74.79.
Walcott es el nuevo monarca de la especialidad, con el tremendo impacto que produjo hace tres años: el título mundial junior en Barcelona -cuando venció en el último disparo a Toledo- y la medalla de oro olímpica en Londres pocas semanas más tarde. Sus recientes incursiones en la Diamond League lo afirman entre los mejores especialistas del mundo (ya pasó los 90 metros) y nadie dudaba de su favoritismo aquí. Tiró 79.03 con su primer intento, 83.27 ganadores en el segundo, nulo en el tercero y rehusó los tres últimos.
Esta jornada del viernes también contaba con dos estrellas de primera línea mundial: el cubano Pedro Pablo Pichardo y el estadounidense David Oliver.
Pichardo llegó precedidos por sus brillantes 18.08 del salto triple, aunque explicó que -con una molestia en los gemelos- no vino a intentar el récord de los Juegos, que mantiene Joao de Oliveira. «Igual, para mí es muy importante ganar y aportarle a mi equipo», resaltó. Pese a que competía con un field de interesantes antecedentes, fue el único que atravesó los 17 metros: ganó con 17.54w (y 17.46 legales), dejando la medalla de plata para Leevan Sands (Bahamas) con 16.99 y el bronce para otro cubano, Ernesto Revé, con 16.94. El mejor entre los sudamericanos fue el brasileño Jefferson Dias Sabino, quinto con 16.43w, dos puestos por delante del juvenil de Surinam, Miguel van Assen (16.25).
Oliver, por su parte, disfruta a los 33 años de un tiempo de esplendor en los 110 metros con vallas y sus 13.07 de la final representan el nuevo récord de los Juegos, mejorando en tres centésimas el que ostentaba el cubano Dyron Robles. Oliver ganó con soltura y claridad, dejando en el segundo sitio al triniteño Mikel Thomas (31s17) y en el tercero, a Shane Barthwaite (Barbados) con 13s91.
La prueba tuvo su faceta controversial, ya que esta final debió correrse dos veces. En la primera, cinco de los ocho vallistas no escucharon la orden de detención tras partida falsa y cumplieron todo el recorrido. Por eso, la final definitiva se demoró media hora y allí Oliver fue contundente, otorgándole a su equipo el primero oro en la especialidad desde Roger Kingdom en Mar del Plata 95.
Otra marca de los Juegos cayó en una especialidad más novedosa como los 3.00 con obstáculos femeninos, a través de la estadounidense Ashley Higginson (9m48s12). Su compatriota Shalaya Kipp fue segunda con 9m49s96 y la canadiense Genevive Lalonde quedó tercera con 9m53s03.
Las cubanas hicieron el esperado 1-2 del lanzamiento del disco con Denis Caballero (65.39) y Jaime Perez (64.99), con una clara ventaja sobre la estadounidense Gia Lewis (61.24). Las mejores sudamericanas se dieron cita en esta prueba, resaltando la brasileña Fernanda Raquel Borges (cuarta con 60.50) y la chilena Karen Gallardo (quinta), cuyos 59.11 son su mejor performance de la temporada.
También las mejores sudamericanas del año estaban en salto en largo, pero poco pudieron hacer ante la ofensiva de estadounidenses y caribeñas. A la brasileña Keila da Silva Costa -medalla de plata del salto triple- sus 6.41 de este viernes en largo sólo le alcanzaron para el noveno puesto. Ganó la canadiense Chirstabel Wettley con 6.90, absolutamente inaccesibles para el resto (Bianca Stuart, deBahamas, fue su escolta con 6.69 y Sha’keela Saunders, estadounidense, bronce con 6.66).
El norteamericano Andrew Wheating hizo prevalecer su experiencia en los tramos finales para llevarse los 1.500.
Este sábado, muy temprano, se disputa el maratón masculino con presencia de varios sudamericanos (incluyendo al peruano Raúl Pacheco, al brasileño Franck Caldeira de Almeida, al venezolano Luis Orta y al argentino Mariano Mastromarino entre ellos). Y por la tarde se hará la jornada final de pista y campo. Allí, entre las definiciones, estará la del heptathlon, donde la brasileña Vanessa Chefer Spinola viene peleando en zona de medallas (con 3.711 puntos marcha segunda, a 70 de la cubana Yorgelis Rodríguez). Brasil también clasificó sus postas 4×100 para las finales, tanto en damas como caballeros, pero con mucho esfuerzo. Entre las damas, su cuarteta se resintió por la ausencia de Ana Claudia Lemos, lesionada en las eliminatorias de 200. Y en la posta corta masculina, entre norteamericanos y caribeños convierten a esta competición en un virtual Mundial (por ejemplo, en las eliminatorias de este viernes Antigua marcó 38s12 en la posta corta, nuevo récord de los Juegos). También brasileños y venezolanos estarán en la final masculina de la 4×400. Para el domingo, en el día de clausura de los Juegos, al atletismo sólo le quedará la marcha de los 50 km.