Por LUIS VINKER
La jornada del lunes 30 de septiembre en el Estadio Khalifa de Doha (Qatar) ofrecerá -al cierre- la competición más esperada de este Campeonato Mundial de Atletismo: los 400 metros con vallas. En las últimas temporadas, el ascenso de tres jóvenes valores a marcas impensadas hasta hace muy poco, convirtieron a esta prueba en una de las más atractivas de la programación de los grandes eventos internacionales. Se trata del noruego Karsten Warholm, el qatarí Abderrahman Samba y el estadounidense Rai Benjamin, quienes lucharán por el título (y tal vez algo más) en esta finalísima de Doha. Y -un verdadero lujo para el atletismo sudamericano- el juvenil brasileño Alison Brendom Alves dos Santos estará entre los ocho finalistas, coronando así una temporada excepcional, como no recordamos en ningún atleta de su categoría desde los tiempos de su compatriota Joaquim Carvalho Cruz sobre 800 metros.
Tal vez, debamos volver hacia el 6 de agosto de 1992, en el Estadio Olímpico de Barcelona, cuando el estadounidense Kevin Young estableció el récord mundial con 46 segundos y 78 centésimas. En una carrera «perfecta» (¿o vecina a la perfección?) un Young en la plenitud -tenía 25 años- dejó atrás los 47s.02 que el mejor especialista de la historia y bicampeón olímpico Edwin Moses había fijado casi una década antes en Koblenz (31 de agosto de 1983).
«Los 400 vallas necesitan un tiempo de adaptación y maduración. Y estos nuevos atletas aún son muy jóvenes, con un campo amplio por delante», anticipó Young en los últimos días, entrevistado por la IAAF. Pero lo cierto es que Warholm (23 años), Samba (24) y Benjamin (22) se están aproximando al récord -algo poco usual en el atletismo de estos tiempos- y ahora los tres integran ese exclusivo «club» de los sub 47s.
Warholm, además, viene con la misión de sostener la corona mundial lograda hace dos años en Londres, un mérito que en el historial de esa competición sólo reconoce los antecedentes del propio Moses, su compatriota Kerron Clement y el dominicano Félix Sánchez. Una de las estrellas del vibrante atletismo noruego -que acaba de colocar a los tres hermanos Ingebrigtssen en la final de los 5.000 llanos, con el prodigio juvenil Jakob como mayor proyecto- Warholm también fue campeón europeo en la pasada temporada, en Berlin. Y viene de conseguir sus 46s.92 -segundo registro histórico- al ganar el meeting de Zurich, el 29 de agosto. Allí Benjamin fue su escolta con 46s98. Esa misma marca ya la había establecido Samba el año pasado, en París, y en este Mundial tiene la motivación (y la presión) de llevar las mayores esperanzas del público qatarí. En casa. Samba llegó 7° en el Mundial anterior, clasificación que va a superar claramente ahora, tras su dominio del circuito en la pasada temporada. Benjamín, por su parte, es hijo de un destacado jugador de cricket. Aunque nació en EE.UU. comenzó representando deportivamente a Antigua, país en el que residía desde chico. Recién a fines de 2016 decidió competir por EE.UU. y ya el año pasado brilló con sus 47s02, al ganar el Campeonato Nacional Universitario.
Para Alison Brendom, competir junto a esos fenómenos será una notable experiencia. Todavía con sus 19 años, está cerrando una temporada soñada en la que se llevó todos los títulos posibles: el oro panamericano en Lima y el título mundial universitario en Napoli, el Panamericano Junior en Costa Rica y el Sudamericano de mayores en Lima. Batió en seis oportunidades el primado sudamericano u20, que ha colocado en 48s.35 durante esta semifinal mundialista, registro que lo eleva al tercer puesto de la lista mundial all-time entre los juniors, liderada por el estadoudniense Danny Harris (48s02 en 1984). Actualidad y futuro, gran futuro.