(Perfil de una de las maratonistas que representará a Colombia en los Juegos de Rio junto a Kelly Arias y Angie Orjuela. Fuente: COC y RunnningColombia)
Durante siete años tuvo que correr 12 kilómetros de la casa al colegio y la recuperación era en la tarde del mismo día, porque caminaba la misma distancia de regreso. Así fue como la boyacense Érika Abril adquirió el fondo suficiente para hoy ser una de las tres representantes de Colombia en la prueba de maratón de los Juegos Olímpicos Río 2016.
Desde la vereda San Isidro Alto hasta el pueblo San José de Pare, en Boyacá, Érika corría y caminaba todos los días. Corría para llegar a tiempo a clase y no quedar por fuera, y caminaba de regreso a casa para recuperar fuerzas, porque la rutina se repetía de lunes a viernes, y a veces los fines de semana.
El Colegio Departamental Horizontes de San José de Pare la recibió hasta el séptimo grado, un periodo de tiempo en el que aprendió a conocer su resistencia y a saber que el atletismo podría ser una opción de vida, porque durante siete años hizo una carrera de 10K a diario, que ahora le da el fondo natural para hacer los 42 kilómetros y 195 metros del maratón olímpico. Con 15 años, Érika decidió dejar su pueblo, salir del campo para llegar a Bogotá, donde la recibió su hermana Luz Emir y se encontró con Carlos Garavito, entrenador de atletismo, quien empezó a dar las cualidades técnicas para una atleta empírica que tenía todas las condiciones para triunfar.
En la categoría juvenil empezó a demostrar su talento y a ganar competencias de medio fondo, ese que cada día hizo de la casa al colegio, que lo hacía con naturalidad para empezar a incursionar en el fondo, pensando en el maratón de los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, un retiro de tres años, cuando tal vez estaba en su mejor momento deportivo, la separó de la élite. Más adelante empezó a correr de la mano del entrenador Álvaro Forero, con quien lleva ocho años y se alista para competir en sus segundos Juegos Olímpicos.
Hace cuatro años, Érika terminó 51a. en el maratón de los Juegos Olímpicos de Londres en dos horas, 33 minutos y 33 segundos, el que se transformó en récord nacional para Colombia en su momento, una marca que estuvo vigente hasta noviembre pasado, cuando lo bajó Kellys Arias, otra de las tres integrantes del equipo colombiano de maratón para Río 2016.
En la actualidad, Érika no sólo hace los 12 kilómetros para ir a la escuela que la forjaron como atleta, sino que entrena todos los días en Bogotá, de lunes a domingo, a doble jornada, con entre 20 y 25 kilómetros diarios, para preparase de la mejor forma, pensando en su sueño olímpico.
“La preparación va muy bien, estamos entrenando muy fuerte con la idea de mejorar lo hecho hace cuatro años, tanto en puesto como en marca”, asegura Érika, para quien el objetivo en Rio de Janeiro será “bajar de las dos horas y 30 minutos, para eso trabajamos fuerte y yo sé que haciéndolo, todo va a salir muy bien”.
Para lograr ese objetivo, además del entrenamiento diario, en el que también acumula fortalecimiento físico en gimnasio, recuperación de fisioterapia y nutrición precisa con su patrocinador, Herbalife, Erika espera correr dos medias maratones internacionales, una en junio y otra en julio, para llegar en su mejor momento deportivo a Rio, en agosto.
Su última marca fue de dos horas, 34 minutos y 28 segundos, lograda el mes pasado en Alemania, donde sufrió una molestia física sobre el kilómetro 23, un obstáculo que ya recuperó para estar a punto en Brasil, donde espera “recibir el fruto de un esfuerzo, porque como deportista no soy igual a la gente del común, no tengo vida social, estoy dedicada a toda hora a entrenar para cumplir mi sueño y dejar el nombre de Colombia en alto”.
“Vale la pena todo este esfuerzo, porque es lo que a mi me gusta y mucho más cuando está la oportunidad de asistir a unos Juegos Olímpicos para representar al país, por eso estoy muy contenta de haber escogido el atletismo y estar hoy donde estoy”, concluye Érika.