Por Ezequiel Brahim – Diario La Nación
Correr puede significar muchas cosas: cumplir una promesa, alcanzar un colectivo o completar un maratón. Pero, ¿hasta dónde puede llevarte correr? Para algunos, es un medio para superar límites físicos, y para otros, como Micaela Levaggi, se convierte en el eje central de una vida llena de desafíos, logros y aprendizaje.
“Apareció siendo una niña y dijo que quería correr”, recuerda su entrenador Leo Malgor, quien hace 13 años vio algo especial en ella. “Era delgada, parecía frágil, pero tenía un interés único por correr”, comenta Malgor, conocido por haber llevado a cinco atletas argentinos a los Juegos Olímpicos.
Nacida en el barrio San Martín de Mar del Plata hace 26 años, Micaela creció en un entorno donde los recursos eran limitados, pero su determinación era infinita. “Me dijeron que en la pista daban clases gratuitas de atletismo y fui porque no había que pagar ni comprar equipamiento. Además, podía ir sola, ya que éramos cinco hermanos y mi mamá no podía acompañarnos a todos”, relata.
Un inicio prometedor
En noviembre de 2011, Micaela conoció a Malgor. Solo cinco meses después, alcanzaba el podio en el Campeonato Provincial de Cross Country en Tandil, lo que marcó el inicio de una carrera que la llevaría lejos. Clasificó al Nacional en Córdoba y luego al Campeonato Sudamericano Escolar Sub-14 en Brasil, donde comenzó a destacar internacionalmente.
A los 15 años, obtuvo su primera medalla internacional al consagrarse campeona sudamericana de cross country Sub-16. En 2014, su esfuerzo la llevó a los Juegos Olímpicos de la Juventud en Nankín, siendo la única atleta argentina en su disciplina. En menos de dos años desde que comenzó a correr, ya ocupaba el puesto 13 entre las mejores del mundo.
Más que un deporte
El atletismo no solo le dio medallas, sino también una herramienta para crecer personalmente. “El deporte me ayudó a integrarme y a vincularme con chicas de diferentes realidades en la escuela”, reflexiona.
Sin embargo, la vida presentaba desafíos fuera de las pistas. A los 18 años, Micaela decidió mudarse a la ONG Palestra, donde ayudaba a jóvenes en situaciones vulnerables. Esta decisión, aunque difícil, la hizo madurar. “Hoy tengo una mejor relación con mis padres. Aprendí de mi papá, quien siempre trabajó duro, que las rutinas firmes y el esfuerzo son fundamentales”.
Altibajos y resiliencia
El camino no fue siempre fácil. Lesiones recurrentes y la pandemia pusieron a prueba su espíritu. “Hubo años en los que no quería saber más nada. Pero entendí que debía mejorar mis entrenamientos para evitar lesiones, que no todo era cuestión de mala suerte”, confiesa.
En 2024, Micaela sorprendió al coronarse campeona argentina en el medio maratón de Buenos Aires con un tiempo de 1h13m36s, mejorando su marca personal en casi cuatro minutos. Desde entonces, acumuló logros como la victoria en los 1500 metros de la Copa Nacional de Clubes y el medio maratón de Mar del Plata, entre otros.
Mirando al futuro
Con una mentalidad renovada, Micaela Levaggi encara el futuro con determinación. “Es un cambio personal. Un atleta es un conjunto de todo, y yo estoy trabajando en cada aspecto”, afirma. Su entrenador, Leo Malgor, anticipa grandes metas, incluyendo un posible camino hacia los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Para Micaela, correr es más que un deporte; es un estilo de vida. “Es hacerme cargo de lo que quiero para mi vida: correr y alcanzar mi mejor versión”.