Notable actuación de Romani en la final de bala: 5° y otro récord

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El brasileño Darlan Romani ocupó la quinta colocación en la final del lanzamiento de bala, en la noche de este jueves 18 de agosto en el Estadio Olímpico de Rio de Janeiro. Con su registro de 21 metros y 2 centímetros, logrado en su primer intento, Romani batió el récord nacional que había fijado por la mañana (20.94), en la clasificación y que lo eleva al tercer sitio del ránking sudamericano permanente. Y, fundamentalmente: se trata de la mejor posición de un lanzador sudamericano en el historial olímpico entre los hombres. Hasta ahora, los más destacados habían sido -también en bala- el chileno Gert Weil y el argentino Germán Lauro, con sus sextos puestos de 1988 y 2012 respectivamente.
La prueba marcó el avance de una nueva generación de lanzadores, con el gran impacto del estadounidense Ryan Crouser y una serie impresionante, de tres disparos por arriba de los 22 metros. su registro de 22,52 m. representa el nuevo récord olímpico, superando en 5 cm. el que había fijado Ulf Timmermann (Alemania del Este) en los Juegos de Seúl, en 1988.
Crouser es oriundo de Portland (18.12.92) y había ganado el Mundial u18 de Bressanone en 2009. Pero tenía escasa experiencia en la alta competición internacional, recién asomó en los últimos tiempos. Sobre todo, por los 22.11 con los que ganó los Trials estadounidenses a principios de julio en Eugene. Estudiante en la Universidad de Texas, Crouser viene de una familia de lanzadores: su padre, Mitch, fue un destacado discóbolo (quedó como reserva para los Juegos de 1984) y su tío Brian compitió en jabalina, en los Juegos de 1988 y 1992.
Esta noche en Rio, Crouser concretó los cuatro mejores tiros para llevarse la dorada mientras que su compatriota Joe Kovacs -campeón mundial del año pasado en Beijing- se llevaba la medalla de plata con 21.78. El bronce fue para el neocelandés Tim Walsh, último campeón mundial indoor, con 21,36 m., que significa la primera medalla de un lanzador de su país en el historial olímpico (en hombres, claro, ya que en damas su compatriota Valerie Adams fue la gran figura de la última década).
La prueba se había iniciado con otra sorpresa, los 21.20 de Franck Elemba (Congo). También Kovacs metía los 21.78 en esa primera ronda y Crouser, 21.15. Y aparecían dificultades en dos de los lanzadores más exitosos de estos tiempos: el bicampeón olímpico Tomasz Majewski (Polonia) y el alemán David Storl (bicampeón mundial, subcampeón olímpico). Ambos se aseguraron recién en el tercer tiro su pase a la última fase, con 20.72 y 20.64 respectivamente, que les quedarían como sus mejores marcas.
Romani, en tanto, también hizo un impecable lanzamiento de 21.02, el mejor suyo, en la apertura. Luego completó su participación con 20.60, 20.26, nulo, 20.61 y otro nulo.
Ya en segunda ronda, Crouser estaba por arriba de los 22 metros (22.22), lo que nadie pudo responder. Siguió en 22.26, 21.93, el supremo de 22.52y cierre con 21.74. Kovacs cometió tres nulos, en su intento por alcanzarlo, mientras Walsh se aseguró el bronce con su quinto disparo.
No pudieron meterse en la fase de los últimos ocho dos de las apariciones fulminantes de estos años, el otro neocelandés Jacko Gill (terminó 9° con 20.50) y el reciente campeón y recordman mundial junior Konrad Bukowiecki (tres nulos).
Nacido hace 25 años en Concordia (Santa Catarina), finalista del Mundial u20 de Moncton 2010 y entrenado por el cubano Justo Navarro, Darlan Romani emerge como la nueva figura de nuestra región en los lanzamientos.
 

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